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El Frente en Defensa del Arte y la Cultura se conformó por un grupo de artistas y trabajadores de la cultura en la ciudad de México a partir de la preocupante situación que atraviesa nuestro país, en especial en el terreno de lo cultural.

La necesidad de invertir en la cultura y la educación como un estrategia para revertir la violencia que impera en la vida cotidiana de nuestra nación, no son argumentos suficientes para el gobierno calderonista quien busca acotarle recursos.
Sin embargo, de manera frívola y hasta provocadora, Calderón tiene planeado gastarse 60 millones de dólares sólo en el espectáculo de la noche del 15 de septiembre, mediante la contratación de la compañía estadounidense Automomy. Mientras tiene en la bolsa recursos por más de 2 mil millones de pesos para celebrar el bicentenario de la Independencia y la Revolución Mexicana. Y los sueldos asignados a 30 funcionarios culturales del gobierno federal ascienden a 40 millones de pesos por año, tabulador que le otorga a Consuelo Sáizar, presidenta del CONACULTA: $190,21 pesos, sólo 18 mil pesos abajo del sueldo de Calderón.

Mientras que las industrias culturales de México aportan el 6% del PIB, con lo que se vería afectado los ingresos, se tiene previsto recortar el 28% del presupuesto a la cultura y subir los impuestos, cuando especialistas como el nobel de economía 1997, Eric Maskin, señala que tal medida desalienta la producción y el gasto de los consumidores.

Calderón y Agustín Cartens nunca han cumplido con la recomendación de la UNESCO de invertir un mínimo de 1% del presupuesto para cultura, mientras que por UNESCO,  es vista como un sector de desarrollo económico de gran importancia y calcula que en los próximos cinco años las industrias culturales crecerán el 6.4 por ciento.

El gobierno calderonista, y no hay secretario o asesor que se lo diga, no observa la dimensión económica de la cultura, como generador de empleos, divisas y contribuciones al fisco y polo de atracción de inversiones, como señalan los especialistas.

Aunque las industrias culturales mexicanas aportan poco más de 6% del PIB,.

Sectores como la Universidad Nacional Autónoma de México, en voz de su rector, han señalado que sólo se busca tapar un hoyo financiero Y sin perspectiva de mediano y largo plazos.
Sólo 27 de cada cien personas en edad de asistir a la universidad lo pueden hacer, y 22 por ciento del total de jóvenes no estudian ni trabajan.

Explicó que México está muy lejos de las coberturas educativas en Estados Unidos, Canadá y España. Nuestro drama es que estamos por debajo del promedio en Argentina, Uruguay o Chile, pero también de Panamá, Perú o Colombia.

La inversión en ciencia en México es 20 por ciento menor a la de los países de la OCDE; de cada cien patentes concedidas el año pasado aquí, 98 correspondan a extranjeros, y sólo dos a connacionales.

Ante estos hechos, es claro el agotamiento del modelo neoliberal y la poca claridad de las autoridades para enfrentarlo. No existen las estrategias adecuadas para enfrentar la crisis y la cultura no es vista como un elemento transformador y dinámico, que puede ayudar a revertir el desgarramiento social.

Al respecto, queremos manifestar lo siguiente:

1. En la actual crisis económica y financiera el arte y la cultura son fundamentales para propiciar el espacio de reconocimiento y cohesión social, así como es un elemento que anima la vida.
2. La cultura brinda un contenido distintivo a un importante número de actividades relacionadas con la economía de servicios y es un motor de desarrollo económico global.
3. La labor cultural ayuda a prevenir el delito, propicia el uso colectivo y apropiación del espacio público, ofrece alternativas de inclusión comunitaria, democrática y participativa.
4. La cultura debe ser la columna vertebral de las conmemoraciones del Bicentenario de la Independencia y Centenario de la Revolución mexicana.

Estas son las razones que llevan al Frente por la Defensa del Arte y la Cultura a realizar una serie de acciones orientadas a transformar la óptica con la que los diputados y los gobiernos ven a la cultura, entre ellas sumar voces, fuerzas, manos, para lograrlo.
Esperamos que el Ejecutivo Federal enmiende su error y sea congruente con sus propias políticas y planteamientos con respecto a la política cultural, asegurando el derecho constitucional y humano de todos los mexicanos al acceso a los bienes y servicios culturales, proponiendo un presupuesto acorde a las necesidades que exige la realidad.